Hay veces que los astros se alinean, los conjuros se hacen realidad y nace un genio, eso debió ocurrir un 31 de mayo en Nápoles allá por los 70 y es que en ese momento y lugar nació Paolo Sorrentino.
Hablar del cine de Sorrentino es hablar de cine para cineastas, es hablar de un maestro al que copian los maestros y es que en cada encuadre y toma hace del cine lo que debería de ser siempre, simplemente arte.
Es cierto que hasta hace poco, las cámaras han bajado su peso y tamaño y se pueden conseguir movimientos que el bueno de Hitchcock o Orson Welles jamás soñarían, pero lejos de ser una ventaja, el poder colocar y mover la cámara de una forma infinita te lleva a infinitas formas de cagarla.
Eso no le ocurre a Paolo Sorrentino por que copia, si copia de una manera magistral las composiciones pictóricas de los grandes maestros y mueve la cámara con un ritmo perfecto como la mejor pareja de tango.
La primera película que vi de él fue Il Divo, su manera de contar una historia tan compleja y manida como la corrupción política, su particular forma de montar las escenas encuadres y sensaciones del mismo hicieron que al salir de la sala buscara con intensidad la biografía de este portentoso italiano.
Después llego la Gran Belleza, momento para saber si aquella sensación se quedaba como flor de un día y con todas las expectativas puestas en lo alto la película demolió hasta mis últimos complejos y grité a los cuatro vientos que Sorrentino era mi mesías, mi profeta, mi dios hecho carne y es que nadie hasta ese momento había conjugado tan bien la música electrónica y el celuloide, nadie había recreado los vicios y falta de principios de una sociedad decadente como aquella película que no contaba nada y lo decía todo.
Después llego Juventud y sin ser una de sus mejores obras, la supo defender perfectamente, mis ojos ya se habían acostumbrado al caviar, así que no hubo nada sorprendente pero nada decayó.
Cuando HBO vendía su Juego de Tronos para que te abonaras, a mí me lo vendió Young Pope, una de las mejores series que he visto, cien por cien Sorrentino con una imagen de mojan jugando al futbol que jamás borraré de mi cabeza.
Si no has visto nada de lo dicho.....¿A QUE ESPERAS?, CORRE, BÚSCALO, me da igual que lo piratees o que tengas que vender tu cuerpo para conseguirlo, mirar estas obras de arte y aprende.
Yo me tomaré esta copita de grappa a la salud del genio