El mes de abril, el de las flores y las alergias, el de la primavera caprichosa, el mes que ha servido de inspiración a una legión de románticos empedernidos, algunos empalagosos y otros no tanto, como elegido por el tío Jess para poner el rotulo de Fin y es que este pasado 2 de abril a fallecido un grande del 7º arte, mi admirado y seguido director de cine Jesus Franco.
Este pianista de conservatorio y licenciado en derecho, siempre a demostrado un desprecio total a cualquier tipo de protagonismo, ya que desde su etapa de estudiante, escribía novelas policíacas ocultando su verdadera identidad bajos el sobrenombre de David Khunne, me imagino que más pensando en la obra que en el mismo, ya que una novela escrita pon Khunne, suena mejor que otra escrita por Franco.
Sus conocimientos cinematográficos eran extensisimos, formándose en el Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas de Madrid y rematando su formación en París (Francia) donde aprendió técnicas de dirección.
Su incursión en el cine fue como compositor y ayudante de dirección para cineastas del prestigio de Berlanga o Bardem.
Tenemos 18 años, fue su primer largometraje y como no podía ser de otra forma se convirtió en su primer fracaso de critica y público, con un montaje muy avanzado para 1959 y con una trama que oscilaba, entre el terror la comedia el cine de autodescubrimiento y el cine juvenil sin contar la censura del régimen acechando cualquier inmoralidad. Que el bueno de Jesus hubiera conseguido con sus inquietudes cinefilas que demostró años después, un éxito arrollador... se me antojaba algo más que difícil, casi un milagro que en este como en otros muchos casos no se dio.
Pero lejos de Amilanarse, mi admiradisimo director consiguió con Gritos en la Noche de 1962 y para mi la mejor película de Jess, Rififí en la ciudad de 1963 un considerable éxito de publico y una legión de seguidores del cine de terror y suspense. No hace falta ser muy listo para ver que Jesus Franco no era muy querido en el ambiente conservador de la dictadura, por lo que tuvo que exiliarse, para poder seguir dirigiendo con libertad.
Su momento personal más glorioso llegó de la mano de Orson Welles, todo un referente en el y que el tenía como un ídolo, cuando en 1965 le contrató como director de la segunda unidad en Campanadas a media noche y que repetiría en los proyectos inacabados, como La isla del tesoro y el Don Quijote de Welles.
Dos años después de haber dirigido y aprendido de su gran ídolo, le llegó su primer y rotundo éxito con Necronomicon (Succubus) película alemana dirigida por el en 1967, fue tan aclamada por el público que estuvo seleccionada en el Festival de Berlín y fue allí donde Fritz Lang, el director de directores el maestro de maestros, quiso conocer al joven Jess ya que quedó admirado por dicha película y quedaron para hablar y charlaron largas horas, desde la admiración de Jess ante tan gran director
Después de este exito narrar todas sus películas sería imposible ya que superan las 200 y tocando todo tipo de generos incluyendo las películas X y el porno blando.
Son muchos los directores que han apreciado y admirado a Jess, desde Tarantino director que no le duelen prendas en admitirse seguidor de Jesus Franco hasta Spielberg, con este último Jess cuenta una curiosa anecdota. "Haciendo unas conferencias de cine por las universidades norteamericanas que habían contratado a Jess, en medio de una de estás cuando ya había empezado la charla, notó un revuelo en la sala... el no sabía que pasaba pero se fijó en un hombre con gorra que le abrían paso hasta sentarse... era Spilberg que acudió a escucharle.
Tras esto cualquiera se podía morir agusto, Jess ha durado algunos años más, ha recibido un meritorio Goya de honor, ha seguido rodando y me imagino que ahora estará charlando con Welles, sobre el egoismo de sus herederos al no permitir en el montaje de su Don Quijote, todo el material rodado por una simple cuestión de dinero.
Descansa en paz, maestro director... beberé un orujo en tu honor
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