jueves, 4 de abril de 2013

Los Dublineses



Sinopsis: En el Dublín de 1904 el día de la Epifanía, una de las fiestas más concurridas de dicha ciudad, es la que hacen las señoritas Morkan, en ella se dan cita familiares y amigos de estas, en donde descubriremos que el sentimiento romantico de aquellas insignes personas, tienen lados secretos y aristas ocultas.

 Reparto: Angelica Huston, Donald McCann, Helena Carroll, Catheleen Delany, Ingrid Craigie

 Director: John Huston

 Comentario del acomodador:
Si hablamos de John Huston, hablamos de grandes películas de acción o intriga como, El halcon maltes, Cayo Largo, La reina de Africa, El hombre de Mckintosh o el Hombre que pudo reinar... pero no hay que olvidar que este gran escultor de magnificas obras cinematográficas, decidió como legado póstumo, rodar esta pequeña pero magnifica obra de orfebrería que se llama, Los Dublineses, un tributo a  James Joyce que dirigió desde una silla de ruedas y con respiración asistida. Película postuma, ya que no llegó a verla terminada, aunque si la pudo dirigir por completo, dejando una parte del montaje a su hijo Tony.
 La obra en si, narra la historia sencilla he impactante de un hombre enamorado de su bella esposa, sin sobreactuaciones, con miradas que reflejan el sentimiento que ambos se profesan y la complejidad de los mismos.
 En una fiesta familiar, que no es más que el desarrollo de una pequeña pero magnifica historia de amor ya consumado y maduro. En esta fiesta conocemos sus caracteres, sus principios morales y de la pasta que están hechos, el 90% de la película es una presentación tranquila de los actores que intervienen y el 10% siguiente es lo que podemos llamar, un final sublime de una pequeña y delicada obra de arte.
 Una película directa y sin artificios, sin falsos dobles fondos y huyendo de cualquier gesto, solo para que la critica o el publico acudan en tropel.
 Cine de verdad, con una obra de verdad y unos actores que será imposible volverlos a ver como en esta obra, sobretodo a la gran Angelica Huston, contenida en su papel y más bella que nunca.
 Una película para disfrutarla en compañía de los que admiran los pequeños caprichos que nos da la vida y quizá con un buen café irlandés al final del film.... pero un café irlandés de verdad, sin flambear ni nata ni demás zarandajas que pone la gente para que sea más atractivo a la vista. Solo cafe calentado con el wisky y crema de leche

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