lunes, 25 de abril de 2022

UN LARGO ADIÓS: 1973 Robert Altman y su comedia negra

 Bienvenidos, bienvenidas, queridos amigos y amigas de cinefilia. Hoy con todos vosotros Un Largo Adiós de 1973.



Robert Altman, director de esta película, venía de su primer gran éxito en el cine MASH, aquella comedia sobre la guerra de Corea y que se convirtió en una de las series que todos los ochenteros recordamos. Le cogió en plena madurez, hay que recordar que Altman tenía 48 años y una carrera provechosa en la televisión, con lo que no tuvo la presión de tener un gran éxito que le encumbrara, así que siguió haciendo el cine que le gustaba, al año siguiente hizo un western cuando ya no era popular el género llamado los vividores, para seguir con un Thriller psicológico llamado imágenes y para meterse finalmente de lleno en en esta versión de la novela de Raimond Chandler Un largo adiós.

El film como buen hijo del Neo Noir, rompe con todas las cadenas que le atan, no solo de las anteriores versiones del personaje que no es ni más ni menos que Philip Marlowe, si no también con la novela en la que se basa y es que Altman gracias a un maravilloso guion de Leight Backet monta algo que parece imposible, crear una comedia que no parodia al detective y que aunque te saca un par de sonrisas durante el film, sabe como hacer para mantener la tensión dramática de los acontecimientos. Algo así como planchar y lavar la ropa en la que sale mucho más que airoso. Pero para profundizar en la película, vamos a por la trama.

Philip Marlow vive en un Hollywood setentero, lleno de todos los clichés posibles incluido el de unas vecinas nudistas, que hacen yoga mañanero y venden velas en una tienda. Marlowe lejos del personáje de Bogart no las hace mucho caso y prefiere centrarse en hacer feliz a su caprichoso gato.

Su única debilidad es la amistad y es por ahí donde le van a llegar todos los problemas, una noche recibe la visita de Terry Lenox un viejo amigo con un matrimonio tortuoso que le pide un favor, que le lleve a la frontera de México, Marlowe lo hace pero a la vuelta se ve envuelto en un supuesto asesinato que ha realizado su amigo y es que parece ser que ha asesinado a su mujer. Marlowe empezará una investigación con el fin de limpiar el nombre de su amigo y hasta aquí puedo leer, ya sabéis que no hago spoiler y nunca os privo de descubrir la trama y creerme si os digo que está lleno de giros, vueltas y sorpresas constantemente que os va a mantener en tensión todo el rato excepto cuando Marlowe se pone irónico hasta la temeridad que te dará un respiro en la trama y te sacara una sonrisa.

Cómo ya hemos contado al principio Robert Altman ya tenía una carrera en la televisión cuando le empezaron a llegar los éxitos en el cine y poseía suficiente dinero como para producirse él sus películas con su productora Lions Gate, por cierto no hay que confundirla con la productora canadiense del mismo nombre Lionsgate que se creó en los 90, pues bien gracias a que se producía sus films y que la película no fue nada cara, se pudo rodar con algo más de un millón y medio de dólares, Altman tuvo toda la libertad para rodar como autor lo que quiso y como lo quiso, de esa manera a las espaldas de los grandes estudios hizo este Neo noir que creaba urticaria en los más puristas del género y es que no comprendían que el principio de ese nuevo Neo Noir era romper con el pasado en todos los aspectos.

Para el personaje Altman tenía claro que quería a Gould que ya conocía de su anterior éxito Su aspecto de matón guapo y de jugador de futbol americano escondía un talento innato para la interpretación, tanto dramática (ya lo demostró en La Carcoma de Igman Bergman), como en la Acción El hombre de la máscara de acero o en la comedia que ya había rodado con Altman, MASH.

Una de las cosas que tenía el director era hacer papeles secundarios tan potentes que permitían lucirse a todos los que lo interpretaban y que siempre tenía un aspecto coral por lo que aunque el hilo conductor era Marlow podemos encontrar a una damisela en apuros que calla más de lo que sabe interpretada por Nina Van Pallandt, su borrachín marido interpretado por Sterling Hyden, él médico de la clínica de desintoxicación donde se trata interpretado por el soberbio Henry Gibson y por el mafiosos que quiere recuperar su dinero interpretado por Mark Rydell, ahora alguno se preguntará. ¿Si se llama igual que el director de El estanque dorado o la rosa? y no es que se llame igual, es que es él, que además de ser uno de los mejores cineastas del siglo XX, le gustaba de vez en cuando interpretar algún secundario y viendo como da vida a este villano hay que decir que no se le da nada mal.

Por cierto creo que a todos os va a sorprender ver a un Joven Arnold en uno de sus primeros papeles como secundario haciendo de matón de Mark Rydell. Uno de los miles de detalles que tiene esta película 

 Y dónde podéis ver esta maravillosa película que creerme que os va a reconciliar con el género si es que no sois seguidores de él ya. Pues la tenéis en Filmin para España y Filmin Latino para México. aunque si la encontráis en DVD a buen precio, No la dejéis escapar, es de esas películas que te quitan el aburrimiento y el sopor de esas tardes que no sabes que ver y es que no hay mejor terapia que la risa cuando se mezcla con la acción. Obra maestra del género, no muy conocida por el gran público con lo que seguro que muchos la descubriréis y creerme que verla la primera vez sin saber nada de la trama es una experiencia fabulosa y revisitarla aún cuando ya la has visto te transporta a ese momento mágico de finales impactantes.

Y ya solo me queda citaros hasta la semana que viene con otro Neo Noir de este ciclo, pero hasta entonces ya sabéis Ser Felices y vivir el cine. 



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