Con esté cuarto episodio terminamos un monográfico que espero que os haya gustado sobre una de mis películas de ciencia ficción favoritas.
Scott empieza a rodar, hay que decir para el que no lo sepa que Ridley hizo carrera en la publicidad donde el producto era esencial, eso le convierte en un director obsesivo con los acabados y las atmósferas, pidiendo cosas inverosímiles como fluctuaciones de luz a los personajes que vienen de la nada o un especial detalle por la forma del atrezzo, un ejemplo es la taza de café del primer Blade Runner, se dice que tuvieron que cambiar 50 veces de taza hasta que dieron con una que le gustaba a Scott en plano, esta perfección casi obsesiva exasperaba al equipo, pero al que más irritaba era a Harryson Ford, el acostumbrado a trabajar con directores que tenían muy en cuenta la opinión del actor como Copolla o Spielberg, se encontraba perdido en el rodaje sin saber que hacer y retrasando su plano una y otra vez Ridley Scott y sin contar para nada con la opinión de Ford.
Poco a poco el ambiente se fue enrareciendo entre el equipo, los actores y el director pero lo peor de todo era el retraso que se empezaba a acumular.
Aun así la película sigue adelante, los actores hacen su trabajo y el equipo técnico asume las estridencias de Scott para crear las puestas en escena, a pesar de que el ambiente no es el idóneo la cosa fluye, pero hay algo que va a romper ese equilibrio de fuerzas, los productores televisivos Perichio y Yorkin, hay que explicar que Yorkin era director de algunas series de TV y del Show de Andy Williams, se presentan en el set de rodaje con el fin de ver que es lo que causa los retrasos, tras ver trabajar a Scott y verle repetir tomas una y otra vez, los productores creen que Scott es el problema.
Éstos empiezan a ir cada vez más a los rodajes y comienzan a meter prisas a Scott que les trata con total desdén, cosa que los productores televisivos no toleran.
La verdad es que la película se estaba retrasando pero lo normal en cualquier producción tan compleja como lo era Blade Runner, tras las presiones de Perichio y Yorking, Ladd Jr se pasó por el rodaje y le comentó que la película se tenía que terminar, Scott entendió las presiones a la que Perichio y Yorkin estaban sometiendo a Ladd y Deeley y si el propio Ladd le decía eso era por que algo escondían los productores televisivos, así que los últimos días se rodó con urgencias, no se pudo dar la perfección que Scott imprimía a toda la película incluso dejando errores garrafales que manchaban la obra como el plano en el que Zhora rompe los cristales y se nota la peluca del doble.
Aún así terminan el rodaje, Scott se dio unos días de descanso antes de empezar a montar la película, en principio había terminado lo peor, pero como siempre en esta película hay algo o alguien que lo vuelve a liar, resulta que aprovechando que Ridley estaba en Inglaterra, Perichio y Yorking junto a sus abogados preparan una carta de despido a Scott por sus retrasos, esta carta llega al resto de los socios, Ladd y Deeley, esta fue la gota que colmo el baso de la paciencia de Ladd Jr y se presento ante los productores y les dijo que él y la Warner han pagado por una película de Ridley Scott y que el despido no se haría efectivo.
Yorking que era el que había movido todo para dirigirla él todavía guardaba un as en la manga.
Scott llegó y empezó el montaje, el primer visionado no gustó pero el siguiente es una maravilla de sutilezas, de conceptos, donde dejan claro que Decard es un replicante, cuando en un momento sueña con un Unicornio, un sueño que nadie puede saber pero que al despertar Gaff ha dejado un unicornio de papel.
Perichio y Yorkin no entendieron nada, le pidieron a Scott una voz en off que narrara los pensamientos de Deckard pero este se negó.
Cuando por fin terminó el montaje con la magnifica música de Vangelis y presentó la obra que duraba más de 2 horas de duración, Yorkin y Perichio saltaron con una clausula del contrato en el que decía claramente que si la obra duraba más de dos horas ellos podían editarla, así que con la película terminada y que hoy se puede ver en parte como BLADE RUNNER DIRECTOR´S CUT, Yorkin remontó la obra, metió la voz en off que personalmente odio y creó un Happy End que rompía con toda la estética que Scott había creado y lo peor de todo, sin criterio, durante todo el film vemos coches voladores y al final un coche rodando por una carretera. Un sin sentido que hasta 20 años después no se pudo tocar por los derechos que tenían Yorkin y Perchio sobre la obra.
Aún así era una buena película, el primer día de estreno fue prometedor, pero al día siguiente las críticas fueron demoledoras, tanto que acabó siendo un desastre en taquilla, pero un desastre relativo, era cierto que el gran público le dio la espalda pero en los cines de reestreno se mantenía año tras año, se empezaron a crear club de fans del film, algo que solo se había conseguido con Star Trek y Star Wars.
Podemos decir que fueron los aficionados los que salvaron la película y Blade Runner vive y existe por esos aficionados que supieron ver donde los críticos cinematográficos cerraron sus ojos
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