Pero no la aberración en imagen real de la Disney que elimina cualquier credibilidad artística de los últimos años de la factoría del ratón.
Tampoco la versión animada de 1991 que es la que todo el mundo recuerda y muchos erroneamente toman por el original.
Tampoco queridos cinefilos de la versión que los entendidos estáis pensando, la adaptación Checa de 1978. He de decir que tuve deseos de reseñarla, más por lo estético que por lo narrativo,pero no, vamos a hablar de la versión que hizo un director Bisexual, aficionado al ocultísmo y con una fuerte adicción al opio, si queridos amigos, hablamos de la primera adaptación al cine de esta obra, La Bella y la Bestia de Jean Cocteau un autentico artista del renacimiento, poeta, novelista, ensallista, dramaturgo, pintor, diseñador, crítico de arte, cineasta y escapista, si escapista por que siendo como era un hombre afectado de mil y una enfermedades, siendo como era un adicto a las drogas supo dar esquinazo a la muerte y llegar hasta los 74 años.
La obra sacada de un cuento de hadas francés de autor desconocido pero basado en cierta forma en la fabula de Apuleyo, Cupido y Pshique. que nos narra las desventuras de una joven maltratada por sus dos hermanas, egoístamente atada a su hermano y a su padre y cortejada por el mejor amigo del hermano, por imprudencia del padre es llevada como sacrificio mortal a un misterioso castillo donde una extraña bestia dicta con severidad el destino de la joven.
La Bella y la Bestia de Cocteau es una película imperfecta llena de errores técnicos que la hacen aún mas atractiva e interesante pero con una fuerza visual y estética que Cocteau supo imprimir en este film, no sin problemas debido a que es rodado en plena posguerra ya que hacía menos de un año que Francia había sido liberada de los nazis.
El rodaje tiene un triangulo sentimental de lo más curioso ya que Jean Marais y Jossete Day habían sido matrimonio aunque en el film ya estaban separados, Marais era el novio oficial del director Jean Cocteau, imagino que por este hecho la obra se centra más en la Bestia que en Bella.
Hay que recalcar que el film rodado por Disney en el 91 fusila la obra de Cocteau de una forma casi delictiva pero quitandole cualquier atisbo de oscuridad gótica que el francés supo imprimir en la obra y simplificando dulcificando en exceso la obra hasta hacer subir la diabetes de cualquier espectador con una visión crítica y global de la obra.
Por si todo esto fuera poco para adentrarse y sumergirse en el visionado de este film, Cocteau publico un cuaderno de rodaje que junto al Cine según Hitchckok y Esculpir en el tiempo forman la santisima trinidad de los manuales para cineastas.
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